Un paseo nocturno

Deambulaba por aquel oscuro parque, era ya bien entrada la noche. Así era como al peliazul le gustaba pasear, cuando la noche ya estaba bien ceñida sobre el cielo. La única luz que había era la de las farolas que a su lado pasaban iluminando el camino.
Tampoco le importaba mucho si estan cumplian su trabajo o no, pues su vista no era muy aguda, ni si quiera en la oscuridad, por lo que caminaba con los ojos cerrados.

Tenía practica en ello y gracias a su fino oido, era casi como si viese, pero sin abrir los ojos.

Iba caminando pasito a pasito, enfundado en su jersey de cuello vuelto con una gabardina con capucha y pantaloncitos pegados de color oscuro, cuando derrepente se dio un chocazo con algo. Cayó de culo al suelo llevandose una mano al sitio donde se había golpeado y mirando con qué demonios se había pegado tal hostión. Era un chico de pelo azul o eso le pareció, ya que a penas distinguía con la luz de la farola. Sonrió y se levantó de un salto para extender una mano hacia él feliz.

-Perdón por el golpe! Estaba pasando por aquí mientras buscaba el sitio dónde se hacían las peticiones de piso! Sabes dónde está? Quería elegir un compañero para vivir en alguna residencia o apartamento!-todo esto lo dijo atropelladamente y sin borrar la enorme sonrisa afable de su rostro.

A causa del choqué abrio los ojos que hasta el momento tenía cerrados y le miró con cierto recelo, no le gustaba nada las personas como aquel ratón que se había topado frente a él.

-No sé de que me hablas, además, yo ya tengo casa...- dijo sin más y despreciando su saludo, cerro los ojos de nuevo y continuo su paseo nocturno.

Se sintió dolido, para qué mentir. Pero en vez de ignorarlo le miró con curiosidad mientras andaba. Se había dado cuenta de que llevaba un ojo ciego.

Caminó tras él hasta ponerse a su lado e inclinarse hacia delante con inocencia.

-Oye oye~~ Si te pago me dejarías vivir en una habitación de tu casa? -sonrió.

Abrió solo el ojo sano, que era con el que minimamente podía ver y observo al chico en silencio y sin pararse en su camino.
-¿Es qué no tienes nada mejor que hacer que molestar a un desconocido? - dijo arrastrando las palabras mientras clavaba su mirada en la del otro.

Molesto, era realmente un crio molesto, pero había tenido suerte de que aquel día estaba relativamente de buen humor.

Siguió correteando a su lado. No entendía porqué ese chico estaba así, frunció el ceño de forma adorable e hinchó las mejillas.

-Ya dije que estaba buscando un piso que compartir, ahora iba a ir a la oficina de residencia, pero me he perdido!-le contestó por si antes no le había dejado claro.

Se agarró las orejas con ingenuidad y bajó la cabeza mirando muy serio al otro.

Ciertamente molesto suspiro y paro.

-El camino es por allí. - con el brazo izquierdo le señalo el camino que debía seguir. - Si continuas todo recto entraras de frente el lugar que tanto buscas, Y ahora, dejame en paz.

Estaba siendo demasiado brusco, pero es que no le gustaban las demás personas, veia a ese pequeño ratón como una amenaza. Si fuese un animal carnivoro se lo comeria, pero daba la opotunidad de que era vegetariano y la carne le repugnaba.
Metio las manos en los bolsillos y volvio a caminar, perdiendose en la oscura calle del parque.

(Si se lo comiese sería canival y un homicidio DDDDD:)

Hinchó aun más los mofletes cuando le contestó. Le había molestado la contestación, ese chico le estaba tocando las narices, giró la cabeza hacia donde le señalaba y fue hacia su dirección.

-Gracias por la indicación-murmuró levantando la mano para despedirse-Dejo de molestarle oh su excelentisimo vampiro-se burló sacando la lengua y empezando a correr-

¿Vampiro?... Rastel se dio la vuelta molestó, odiaba que le dijesen vampiro, ¿Por qué todos le confundian con uno? ¿Solo por el simple echo de ser el animal que era ya tenían que decirle vampiro?
No iba a dejarlo pasar.

-Eh tú! Te vas a enterar! - grito y salió corriendo tras él.

Al ver que lo perseguían salió corriendo por patas, cruzó el parque en un santiamen con su agilidad inusual mientras reía a carcajadas.
Había conseguido que reaccionase! Había hecho una proeza! Podría considerarse el mismo un heroe! Mientras pensaba eso saltó un banco, pero un mal paso le hizo resvalar y acabó dandose un tremendo golpe contra el suelo, girando sobre sí mismo mientras se llevaba toda la grabilla. Se había arañado todo, los brazos estaban sangrando y se había hecho varios cortes poco profundos en la cara y en la barbilla.

-O-Ouch...-le escocía todo y no pudo evitar ponerse a llorar.

Aquel chico era más rápido que él corriendo por lo que sin pensarselo dos veces, se saco la camiseta para no rasgarla y saco su par de alas de murcielago. Gracias a ellas era más veloz volando que corriendo.
Cuando pensó que le atraparía vio como caia de boca al suelo, por lo que freno en seco y aterrizando a su lado lo miro.

-¿Estas bien?- pregunto agachandose a su lado. Casi se le había olvidado porque le perseguía.

-Duele...-gimió agarrandose la barbilla. Estaba llenandose de sangre la camiseta. (Puntos puntos~~ : D)-OH! TIENES ALAS? ME SACAS A VOLAR?-le miró con ojitos brillantes hasta que las heridas le dio una punzada volviendo a llorar como un niño.

Tenía las rodillas peladas, aunque no sangraban y a parte estaba totalmente cubierto de polvo de arriba a abajo, estaba hecho una pena. Miró al otro con lagrimones en los ojos y carita triste.

Hizo una mueca al ver el estado en el que la caida había dejado al chico-ratón. Usando su propia camiseta la cual llevaba en la mano le limpió el polvo de la cara y luego la herida con cuidado de no hacerle daño.

-Estas echo una pena...- murmuró mirandole serio, pensaba que hacer con él, porque podía llegar a ser arisco y demasiado frio, pero no era tan malo como para dejarle en aquel estado.
Sería mejor llevarlo a casa y allí le curaria las heridas. Lo cogio en brazos con cuidado y como pudo.

-Te llevaré a mi casa para curarte... - dijo y batiendo las alas con fuerza alzo el vuelo, camino de su casa.

Se quejó cuando le puso la camiseta bajo la barbilla y se agarró al trozo de tela con los ojos cerrados.
Ahora que haría? Tenía que ir a por las mochilas a la estación de autobuses, se las había dejado a un encargado por un módico precio, pero no creía que aguantase mucho con ellas. Intentó ponerse de pie, pero volvió a caer en redondo cuando escuchó la idea del otro.

-Pero no sería mejor ir al hospital?-preguntó haciendo una mueca al cogerle en brazos. Se sentía entumecido y cansado por el golpe.

-No me fio de los médicos.- fue su única respuesta.

Ya se encontraban en el aire, realmente era más dificil volar con aquel peso extra con forma de persona, pero podía hacerlo.
Sin mucha prisa, pues no quería que se volviese a caer, voló en dirección a su casa.

-Que te lleve a mi casa no quiere decir que vayas a vivir en ella, ¿Quéda claro?.-

-Pues entonces no me lleves, tacaño!-se cruzó de brazos poniendo morritos y mirando enfuruñado hacia otro lado. Entonces se dio cuenta de que iban volando-Waaaaaah~~~! Vuelo~~! Vuelo~~! Sabes que los murcielagos son ratones con alas? -miró al chico aun con morritos pero con un aura inocente- ESO QUIERE DECIR QUE SOMOS FAMILIA!-contestó ilusionado mientras se le abrazaba del cuello- ASÍ QUE PUEDO QUEDARME EN TU CASA, HERMANITO? SEGURO QUE SÍ! LA FAMILIA NO SE DEJA DE LADO!

Le puso ojitos grandotes y brillantes con una sonrisita infantil y adorable.

Apreto los dientes con fuerza para que la idea tentadora de soltarlo y que se matase a causa del golpe se fuese de su cabeza.

-No somos familia y nunca lo seremos. Y te llevo a mi casa porque no quiero dejarte en el estado que estas.

Tras un rato volando aterrizo en la azotea de su casa, bajando al ratón de sus brazos.
-Vamos dentro, no quiero coger un resfriado.

Sin más, abrió la puerta y entro al interior de la casa.

[Genial, ahora postea tu casa y pidela en lo de la residencia XDDD]